"Ahí vamos, con mucho trabajo"."Tengo muchas cosas que hacer"."Bien, pero el tiempo no me alcanza para nada".Estas son respuestas frecuentes a la pregunta "¿Cómo estás?
Vivir ocupado y trabajar mucho parece ser el modelo de la eficiencia, el profesionalismo, la productividad, de éxito a costa de muchas cosas: la vida familiar, personal, el entretenimiento y hasta el ocio. Lograr el balance entre la vida personal y la laboral es el mayor reto de la vida contemporánea y, al tiempo, uno de los mayores motivos de frustración y desgaste.
Sin embrago, lo más importante en este proceso es darse cuenta y tomar la decisión de buscar el balance. Y para lograrlo revisar y tener en cuenta estos puntos.
1. Precise su propósito de vida. Cuando se tiene claro qué es importante para, se organizan muchas cosas, como el tiempo. Tome ese recurso y úselo mejor en lo que quiere. No tener claros estos aspectos puede generar frustraciones por no contar con herramientas para alcanzarlos.
2. Planear. Sin perder la espontaneidad, organice tiempo, actividades y metas. Los costos de reaccionar o no prever pueden ser mayores: sobrecostos y pérdida de tiempo.
3. Trate de vivir cerca del trabajo. Contemple esta posibilidad, el tiempo y el dinero que ahorra en desplazamientos y transporte los puede invertir en familia, amigos, entretenimiento.
4. Hágale mantenimiento a la máquina. Su cuerpo es fundamental, no lo olvide. Trate de cumplir con lo básico: dormir bien, alimentarse sanamente, hacer ejercicio, así sea caminar. Y busque cuidar su mente: yoga, meditación, música, lectura...Un cuerpo sin vigor no puede estar dispuesto a enfrentar los retos que se le presenten, tanto en el trabajo como en la vida.
Hay que tener pausas para recuperarse y descansar el fin de semana. Un cuerpo que no descansa se vuelve improductivo; nunca va a rendir bien.
5. Evite las multitareas. Según los expertos, trabajar en varias cosas al tiempo equivale a perder 10 puntos del coeficiente intelectual o es lo mismo que pasar 36 horas sin dormir. Tampoco se trata de hacer una cosa al día, sino una tras otra.
6. Saber decir no. Es más fácil saber a qué le dice sí y a qué no; pero esto a veces no es suficiente porque hay personas que por temor, timidez o por una situación de jerarquía no son capaces de pronunciar ese monosílabo y terminar recargándose de tareas. La mejor forma de decir no es hacerlo de manera cortés, explicar los argumentos para esa determinación y ofrecer alternativas.
7. Trabajar en y por las relaciones. Las buenas relaciones con los amigos y la familia son amortiguadores del estrés. No los desplace; al organizar sus objetivos y tiempo, debe haber un espacio para ellos.
Información obtenida en: EL TIEMPO